UN VERANO PARA EL RECUERDO

Tras todos estos meses de incertidumbre, confinamientos, lejanía de nuestros seres queridos, pocas opciones de ocio y muchas restricciones, eran muy necesarias unas vacaciones como las de siempre, con los nuestros.

Dado que la situación era bastante favorable y la vacunación ha avanzado rápidamente, fue posible organizar dos periodos de vacaciones en los que disfrutar y desconectar de la tormenta vivida, por supuesto siguiendo unos protocolos muy estrictos con respecto al tema sanitario.

En primer lugar, visitamos el Albergue «El último bucardo» de Linás de Broto, Huesca, donde ya nos conocen de años anteriores y siempre nos tratan con el mayor de los cariños. Allí tuvimos oportunidad de hacer juegos, inventar canciones divertidas y alguna que otra «jotica», decorar camisetas y hacer grandes andadas disfrutando del aire puro y limpio del Pirineo.

Una semana más tarde, con el cuerpo ya descansado, nos fuimos a Calafell, Tarragona, donde también somos siempre muy bien recibidos por el Hotel Solimar y los establecimientos de la zona. Disfrutamos de playa y piscina, de largos paseos viendo puestos y puestos de venta de regalos, de ricos helados a la luz de la luna con su barquillo correspondiente y, por qué no decirlo, ¡de un rico buffet libre!

No podemos estar más contentos de retomar estas actividades de ocio que tanto nos gustan, que nos ayudan a desconectar, en muchos casos, de la vida en residencia, y que nos hacen sentir familia unida de nuevo. También de que se siguieron los protocolos establecidos «a raja tabla» y no tuvimos ningún susto, algo que debemos agradecer.

Esperemos que esto siga mejorando para volver a hacer actividades muy, muy pronto.

¡Os dejamos con unas imágenes!

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