El aumento de la esperanza de vida de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y los cambios de los modelos sociales en los que disminuye el número de hermanos hace que cuando los progenitores fallecen no se encuentra en el entorno cercano la persona física idónea que pueda relevar a los padres en su papel de velar por los intereses, defender los derechos y movilizar los apoyos que necesita la persona con discapacidad intelectual.
En estos casos, los padres u otros familiares podrán encontrar este relevo en la Fundación Aragonesa Luis de Azúa, dando respuesta a su preocupación de ¿qué pasará con nuestro/a familiar cuando nosotros faltemos? y evitando que la persona se quede en situación de desamparo o exclusión social.
De esta forma la “pretutela” es la previsión o compromiso de futuro que la entidad adquiere normalmente con la persona con discapacidad y consecuentemente con su familia, para que cuando el apoyo familiar falte, la persona con discapacidad intelectual no se encuentre en esa situación de desamparo y, por otro lado, para que el nuevo escenario originado le sea más cercano y conocido.
Con este servicio, por tanto, la Fundación da respuesta a dos necesidades:
Asesoramiento familiar para que los apoyos sean ejercidos por el entorno más cercano a la persona si existe esa posibilidad. En los casos que no se cuente en el entorno con la persona física idónea, la entidad dará respuesta a la necesidad de las familias de contar con una solución de confianza y un compromiso de asumir la provisión de apoyos de su familiar cuando ellos falten, preparando la transición.